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Mostrando entradas de julio, 2012

Tiempo en tiempo

Tantos tiempos de tiempo en tiempo con las tijeras en las manos y el as entre los dedos. Un ejercicio de música ágil, fuerza de identidad, complejo de enano guardando ilusiones, soñando sueños en embudos, regalando pesadillas reales, estados diferentes, historial criminal, conversaciones pequeñas, experiencias nulas, acabamos en la manecilla  del reloj de tu autor favorito. Mirada tibia, cuerpo de mentira, libros a montón, libros rotos, palabras abrelatas, el ritmo en el cuello, cucharadas de fuga, adiós inoportuno, habla desigual, guisado de gusano guardado en guayaberas de tus mil colores, peñasco mal oliente arrimado en la mitad de tu corazón, promesa de la historia que paso hacer historia en la historia de los juegos de escaleras y serpientes. Pierdo, pierdo, pero me gusta perder de vez en cuando, una vez a la semana, en veces veloces como peces nos escapamos de la pecera de este mundo gigante de tiempo en tiempo con el tiempo en tu mano izquierda, con el tiempo de las letras.  Es

El disparo

Son las 7:30 una mujer como cada noche ha encendido una luz en su alma, se ha tapado los ojos con una banda y ha soñado con una feria inmensa. Está noche morirá, pero eso no   solamente lo saben el diablo y su amigo Ignacio, sino también yo, Elisa Arreola. Primero la pusieron de espaldas sobre sus rodillas con las manos sobre la cabeza, el miedo escabulléndose por todo su cuerpo y su cara como una cereza, en manos de una boca inmensa, desprovista de atención. Su último pensamiento giraba en torno del hombre con cara de chaman y las mil lenguas que le sobresalían. Yo no pude intervenir y ella no vio mi cara benévola y una caricia de lastima sobre su cabeza. Después le colocaron la punta del rifle en el pelo y no tuvo tiempo ni de recordar ni de presagiar los mil besos interrumpidos que no podrá dar, los abrazos que no recibirá, el sabor de las naranjas, el olor del romero, el hecho de abrir los ojos y no saber lo que mirara, una vida adentro y las lágrimas perdidas.   El hombre se

Mi mija la bruja

No mija, usted no ve visiones porque sea mago, ni tenga un don, ni aires de cineasta. Es por el venenito que se guarda hasta debajo de las axilas, adentro de la piel y circulando por sus venas. Puede seguir engañando a los demás ilusos que al cabo no se tira perlas a los cerdos, ni mucho menos luz a los murciélagos. Yo la sigo viendo, sus ojos en blanco, ya me estoy recortando la memoria para olvidar su nombre. Dont worry mija, puede seguir bañándose en sangre, su hija la Luna, esa Luna ha hechizado a muchos con sus curvas y blancura, esa Luna, que le echa el diente al que se le acerque, ya sea músico, poeta, loco. Kafka, Hesse, Capote y Lewis, han sido víctimas no reconocidas. Yo la vigilo, a usted no, a la Luna, pero siempre se me esconde al amanecer. Mira mija, los cigarritos le cuestan una feria, sin embargo, tráigamela llena y ya veremos que hacemos, la Luna, usted, sus visiones y yo. En este medio hay que andar con pies de plomo- atentamente el alquimista. Entre lo que las p